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martes, 22 de marzo de 2011

Prepara Sindicato del GDF Madruguete a Ebrard


POR VERÓNICA V. GONZÁLEZ Y ARNOLDO PIÑÓN

Frustradas sus ambiciones de ampliar su gestión por lo menos tres años más al frente del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal (SUTGDF), Enrique Hanff Vázquez se apresta para sorprender a Marcelo Ebrard y dejar como su sucesor a alguien cercano a Andrés Manuel López Obrador.

El 14 de diciembre pasado, durante el último consejo del SUTGDF, Hanff Vázquez convenció a cuatro secciones -de un total de 39-, para que promovieran la ampliación de su gestión de entre tres y cinco años. Sin embargo, la votación le fue adversa.


La posibilidad de la ampliación se le cerró por un simple hecho: se mantiene alejado del jefe de gobierno, por la cercanía con Martí Batres, jefe de la corriente Izquierda Social, luego del distanciamiento -que no rompimiento- de Izquierda Democrática Nacional de René Bejarano Martínez.

Es del dominio público que el control real del SUTGDF lo ejercen Justo Federico Escobedo y Flavio Ramírez, director general de Política Laboral y Desarrollo de Personal y director de Relaciones Laborales de la Oficialía Mayor del gobierno de la ciudad.

La sección 17 Tesorería, que dirige Miguel Campuzano, fue fundamental para torpedear las ambiciones de Hanff. Durante muchos meses, éste implementó acciones con la intención de contrarrestar la influencia de Estela Muñoz, uno de los elementos que utiliza Escobedo para mantener el control sindical.
Agotada esa vía, el aún presidente del SUTGDF -cargo al que arribó en febrero de 2004, arropado porRené Bejarano Martínez- pretendería convocar a congreso electivo en abril, con la intención de impulsar la candidatura de Aarón Ortega Villa como su sucesor. Es decir, buscaría sorprender aEscobedo y a Ramírez para evitar que pudiesen torpedear el proyecto, toda vez que su gestión concluye hasta julio de este año.
Ortega Villa fue uno de los que se plegaron a las instrucciones que Bejarano Martínez -a través del actual representante del PRD ante el Instituto Electoral del Distrito Federal, Miguel Ángel Vázquez- en 2004, para derribar al priísta José Medel Ibarra de la dirigencia sindical.

Una vez que Hanff se distanció de Bejarano para acercarse a Martí Batres, Ortega Villaaparentemente también se distanció de “el señor de las Ligas”. El problema es que Escobedo y Ramírez tienen el control de poco más de 30 secciones sindicales, por lo que tienen la mayoría de los delegados.
Otro factor que influiría en ese proyecto, lo representa el hecho que empiezan a perfilarse nuevos liderazgos al interior del SUTGDF. El pasado viernes 18 de marzo, por ejemplo, asumió la secretaría general de la sección 4, César Piña, un hombre joven, con estudios profesionales y con reconocida capacidad de conciliación.

Durante los siete años que Hanff ha estado al frente de unos 100 mil trabajadores de base del gobierno de la ciudad, no ha enfrentado conflictos laborales serios. Desde esa perspectiva, hubiese sido conveniente mantenerlo.
Sin embargo, ante lo complicado de las elecciones para la jefatura de gobierno y jefaturas delegaciones que se presenta el 2012, parece claro que Ebrard requiere de un liderazgo con otras características.
La dirigencia del SUTGDF ha mediatizado las justas y legítimas demandas de los trabajadores. Pero lo ha hecho a un costo excesivo: el alejamiento de sus agremiados con el PRD, al que asocian con la pérdida represtaciones económicas y un fuerte deterioro en sus salarios.
En efecto, en el año 2000, los trabajadores de base del GDF perdieron la más importante de sus prestaciones: la entrega de vestuario. Hasta un año antes, los administrativos recibieron dos trajes de vestir y dos pares de zapatos, mientras que a los de campo les entregaron dos uniformes, un makinoff y dos pares de zapatos.
El año pasado, como pago por esa compensación, los trabajadores recibieron una tarjeta en la que les fueron depositados 3,200 pesos, cantidad que no compensa lo que durante el tiempo que el PRI gobernó la ciudad les entregaba.
Pero además, los niveles salariales respecto al resto del gobierno federal, son menores, debido a que el GDF les aplica porcentajes de aumento por debajo de los que aquel. Existen casos en que las diferencias llegan incluso hasta el 40 por ciento.
Si a lo anterior se suma el hecho que en la actualidad el gobierno de la ciudad cuenta con más de 20 mil meritorios en la recolección de basura -los trabajadores de base apenas rebasan los 13 mil 700-que sobreviven gracias a las propinas y a “la finca”, la gestión de Hanff no tiene condiciones para garantizarle al GDF buenos resultados electorales.
“La finca” es la cuota que los camiones tienen asignada a unidades habitaciones, restaurantes, hospitales, cantinas, bares y cualquier tipo de negocios por recolectar la basura. Para dar una idea de la magnitud de lo que representa, en la Delegación Coyoacán se deben pagar 500 pesos quincenales por ese concepto.
El problema es que desde la década de los ochenta el gobierno de la ciudad no realiza basificaciones de trabajadores de la basura, lo que se ha traducido en la proliferación de una serie de vicios que incluyen la renta de rutas e incluso de camiones recolectores. Sólo en la Delegación Benito Juárez, se calcula que la mayoría de los choferes no son trabajadores en pleno goce de sus derechos laborales.
Es por esa razón que el secretario general de la sección uno “Limpia y transportes”, Horacio Santiago Ramírez, no tiene condiciones para aspirar a la dirigencia del SUTGDF, pese ser la más numerosa de las que integran ese sindicato.

Para la agenda

Francisco García Culebro, presidente de la comisión nacional de auxilios, parece ser un hombre precavido, o parcial en extremo: desde hace unos años incrustó a sus hijos Francisco Enrique y Erick Arturo en la nómina del ISSSTE. En mayo de 2009, luego que el entonces secretario general del instituto, José Enrique Ampudia -de quien decía era su único jefe, ¿y los trabajadores?- lo incrustó en esa posición que maneja dinero del Sindicato Nacional de Trabajadores del ISSSTE, los incluyó en las subcomisiones encargadas de los dictámenes para ocupar plazas de base o ascensos en las cuatro delegaciones de la capital del país, además de comprarles coches de modelo reciente. Tal hecho ha llevado -dicen quienes lo han escuchado- a que Pancho chico diga que su papá ya lo prepara para que sea secretario general de la sección VI Estancias de Bienestar Infantil -para sustituir a su tía Rosa Margarita- en la que mantiene un caciazgo de más de treinta años… El plazo que Joel Ayala Almeida dio al director general del ISSSTE, Jesús Villalobos Jiménezpara que a más tardar el 17 de abril quede resuelto el problema del desabasto de medicamentos en clínicas y hospitales, dejó sin habla a Guillermo Álvarez del Castillo, el prepotente director de finanzas que menosprecia incluso al dirigente sindical José Luis Rodríguez Camacho