POR VERÓNICA V. GONZÁLEZ Y
ARNOLDO PIÑÓN
Frustradas sus ambiciones
de ampliar su gestión por lo menos tres años más al frente del Sindicato Único
de Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal (SUTGDF), Enrique Hanff Vázquez se apresta para sorprender a Marcelo
Ebrard y dejar
como su sucesor a alguien cercano a Andrés Manuel López Obrador.
El 14 de diciembre pasado, durante el último consejo del SUTGDF, Hanff
Vázquez convenció
a cuatro secciones -de un total de 39-, para que promovieran la ampliación de
su gestión de entre tres y cinco años. Sin embargo, la votación le fue adversa.
La posibilidad de la
ampliación se le cerró por un simple hecho: se mantiene alejado del jefe de
gobierno, por la cercanía con Martí Batres, jefe de la corriente Izquierda
Social, luego del distanciamiento -que no rompimiento- de Izquierda Democrática
Nacional de René Bejarano Martínez.
Es del dominio público
que el control real del SUTGDF lo ejercen Justo Federico Escobedo y Flavio Ramírez, director
general de Política Laboral y Desarrollo de Personal y director de Relaciones
Laborales de la Oficialía Mayor del gobierno de la ciudad.
La sección 17 Tesorería,
que dirige Miguel Campuzano, fue fundamental para torpedear
las ambiciones de Hanff. Durante muchos meses, éste implementó
acciones con la intención de contrarrestar la influencia de Estela
Muñoz, uno de los elementos que utiliza Escobedo para mantener
el control sindical.
Agotada esa vía, el aún
presidente del SUTGDF -cargo al que arribó en febrero de 2004, arropado porRené Bejarano Martínez- pretendería convocar a congreso
electivo en abril, con la intención de impulsar la candidatura de Aarón
Ortega Villa como
su sucesor. Es decir, buscaría sorprender aEscobedo y
a Ramírez para
evitar que pudiesen torpedear el proyecto, toda vez que su gestión concluye
hasta julio de este año.
Ortega Villa fue uno de
los que se plegaron a las instrucciones que Bejarano Martínez -a través del
actual representante del PRD ante el Instituto Electoral del Distrito Federal,
Miguel Ángel Vázquez- en 2004, para derribar al priísta José
Medel Ibarra de la dirigencia sindical.
Una vez que Hanff se distanció de Bejarano para acercarse a Martí
Batres, Ortega Villaaparentemente también se distanció de
“el señor de las Ligas”. El problema es que Escobedo y Ramírez tienen el control de poco más de 30
secciones sindicales, por lo que tienen la mayoría de los delegados.
Otro factor que influiría
en ese proyecto, lo representa el hecho que empiezan a perfilarse nuevos
liderazgos al interior del SUTGDF. El pasado viernes 18 de marzo, por ejemplo,
asumió la secretaría general de la sección 4, César Piña, un hombre joven, con estudios
profesionales y con reconocida capacidad de conciliación.
Durante los siete años
que Hanff ha
estado al frente de unos 100 mil trabajadores de base del gobierno de la
ciudad, no ha enfrentado conflictos laborales serios. Desde esa perspectiva,
hubiese sido conveniente mantenerlo.
Sin embargo, ante lo
complicado de las elecciones para la jefatura de gobierno y jefaturas
delegaciones que se presenta el 2012, parece claro que Ebrard requiere de un liderazgo con otras
características.
La dirigencia del SUTGDF ha mediatizado las justas y legítimas
demandas de los trabajadores. Pero lo ha hecho a un costo excesivo: el
alejamiento de sus agremiados con el PRD, al que asocian con la pérdida
represtaciones económicas y un fuerte deterioro en sus salarios.
En efecto, en el año 2000, los trabajadores de base del GDF
perdieron la más importante de sus prestaciones: la entrega de vestuario. Hasta
un año antes, los administrativos recibieron dos trajes de vestir y dos pares
de zapatos, mientras que a los de campo les entregaron dos uniformes, un
makinoff y dos pares de zapatos.
El año pasado, como pago por esa compensación, los trabajadores
recibieron una tarjeta en la que les fueron depositados 3,200 pesos, cantidad
que no compensa lo que durante el tiempo que el PRI gobernó la ciudad les
entregaba.
Pero además, los niveles salariales respecto al resto del gobierno federal, son menores, debido a que el GDF les aplica porcentajes de aumento por debajo de los que aquel. Existen casos en que las diferencias llegan incluso hasta el 40 por ciento.
Pero además, los niveles salariales respecto al resto del gobierno federal, son menores, debido a que el GDF les aplica porcentajes de aumento por debajo de los que aquel. Existen casos en que las diferencias llegan incluso hasta el 40 por ciento.
Si a lo anterior se suma
el hecho que en la actualidad el gobierno de la ciudad cuenta con más de 20 mil
meritorios en la recolección de basura -los trabajadores de base apenas rebasan
los 13 mil 700-que sobreviven gracias a las propinas y a “la finca”, la gestión
de Hanff no
tiene condiciones para garantizarle al GDF buenos resultados electorales.
“La finca” es la cuota que los camiones tienen asignada a unidades
habitaciones, restaurantes, hospitales, cantinas, bares y cualquier tipo de
negocios por recolectar la basura. Para dar una idea de la magnitud de lo que
representa, en la Delegación Coyoacán se deben pagar 500 pesos quincenales por
ese concepto.
El problema es que desde
la década de los ochenta el gobierno de la ciudad no realiza basificaciones de
trabajadores de la basura, lo que se ha traducido en la proliferación de una
serie de vicios que incluyen la renta de rutas e incluso de camiones
recolectores. Sólo en la Delegación Benito Juárez, se calcula que la mayoría de
los choferes no son trabajadores en pleno goce de sus derechos laborales.
Es por esa razón que el secretario general de la sección uno “Limpia y transportes”, Horacio Santiago Ramírez, no tiene condiciones para aspirar a la dirigencia del SUTGDF, pese ser la más numerosa de las que integran ese sindicato.
Es por esa razón que el secretario general de la sección uno “Limpia y transportes”, Horacio Santiago Ramírez, no tiene condiciones para aspirar a la dirigencia del SUTGDF, pese ser la más numerosa de las que integran ese sindicato.
Para la agenda
Francisco García Culebro, presidente de la
comisión nacional de auxilios, parece ser un hombre precavido, o parcial en
extremo: desde hace unos años incrustó a sus hijos Francisco
Enrique y Erick Arturo en
la nómina del ISSSTE. En mayo de 2009, luego que el entonces secretario general
del instituto, José Enrique Ampudia -de quien decía era su único jefe, ¿y
los trabajadores?- lo incrustó en esa posición que maneja dinero del Sindicato
Nacional de Trabajadores del ISSSTE, los incluyó en las subcomisiones
encargadas de los dictámenes para ocupar plazas de base o ascensos en las
cuatro delegaciones de la capital del país, además de comprarles coches de
modelo reciente. Tal hecho ha llevado -dicen quienes lo han escuchado- a que
Pancho chico diga que su papá ya lo prepara para que sea secretario general de
la sección VI Estancias de Bienestar Infantil -para sustituir a su tía Rosa
Margarita- en la que mantiene un caciazgo de más de treinta
años… El plazo que Joel Ayala Almeida dio al director general del ISSSTE, Jesús
Villalobos Jiménezpara que a más tardar el 17 de abril quede
resuelto el problema del desabasto de medicamentos en clínicas y hospitales,
dejó sin habla a Guillermo Álvarez del Castillo, el prepotente
director de finanzas que menosprecia incluso al dirigente sindical José
Luis Rodríguez Camacho…