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martes, 9 de agosto de 2011

Neocharrismo, Opción Sindical de la Izquierda



La declaración de Andrés Manuel López Obrador que de llegar a la Presidencia de la República quitará a Elba Esther Gordillo de la dirigencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), muestra la actitud procorporativista o procharrista que los perredistas tienen.
La misma política mantiene el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard, quien sin ningún rubor impuso a la cabeza de unos cien mil trabajadores sindicalizados de la ciudad a Juan Ayala Rivero, con el silencio cómplice de lo más rancio de la izquierda.
Y es que la izquierda en materia sindical alienta posiciones retrógradas, como si los trabajadores estuvieran incapacitados para manejar por sí solos las organizaciones en las que se agrupan. ¿Cómo es posible que el PRD tenga entre sus militantes a personajes como el diputado federal Francisco Hernández Juárez que tiene más de 35 años en la dirigencia de los telefonistas, o a Agustín Rodríguez Fuentes, con casi dos décadas como secretario general del STUNAM, o a Benito Bahena que parece no recordar la fecha cuando asumió el liderazgo de los tranviarios? ¿Con esos nombres pretende impulsar la democracia sindical?
Cuando López Obrador era jefe de Gobierno, en febrero de 2004, le ordenó al impresentable René Bejarano -entonces presidente de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa exhibido posteriormente en la televisión embolsándose dólares de Carlos Ahumada-, la destitución de José Medel Ibarra de la presidencia del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal (SUTGDF), molesto por las marchas que durante cuatro días el dirigente sindical había encabezado en mayo de un año antes en demanda de mejores condiciones laborales.
Bejarano Martínez comisionó al entonces director general de Política Laboral y Desarrollo de Personal, Miguel Ángel Vázquez Reyes -actual representante del PRD ante el Instituto Electoral del Distrito Federal-, para que alentara una artificial disidencia y generara condiciones para lograr la salida de Medel, quien para entonces era diputado local por el PRI. Para lograr su propósito, violentaron no sólo la autonomía sindical, sino incluso diversas disposiciones legales.
Apenas el 11 de julio, Ebrard logró la imposición de Ayala Rivero en la presidencia del SUTGDF, con lo que confirmó la política neocorporativista o de neocharrismo sindical practicado por los perredistas. Para ello comisionó a su amigo y actual director general de Política Laboral y Desarrollo de Personal, Justo Federico Escobedo Miramontes y al director de Relaciones Laborales, Flavio Ramírez León, para que mediante amenazas -igual que en su tiempo lo hizo Vázquez Reyes- alinearan a los 39 secretarios generales de las secciones que conforman al SUTGDF y apoyaran al candidato gubernamental.
La diferencia entre López Obrador y Ebrard, es que el tabasqueño buscó quitarle al PRI la influencia que tenía en el SUTGDF, mientras el actual jefe de Gobierno busca que Ayala Rivero -con una extraordinaria cercanía con Federico Döring, senador del PAN- se convierta en una de sus plataformas electorales el año que entra. El problema es que impuso a un dirigente locuaz y poco confiable con ánimos de venganza que no incluyó en la dirigencia a un importante número de líderes genuinos que se han agrupado y amenazan con generar una peligrosa inestabilidad interna en los próximos meses.
Ebrard sabe la importancia estratégica que los sindicatos pueden tener en los procesos electorales. En 1992 fue uno de los tres redactores de la reforma estatutaria del SNTE que la permitió a la profesora Gordillo ser reelecta, cuando la Corte no había emitido la jurisprudencia respectiva. El problema es que en los últimos diez años a los trabajadores del gobierno de la ciudad no se les han mejorado las condiciones salariales, lo que ha generado su distanciamiento paulatino de la izquierda.
Incluso la imposición de Ayala Rivero al frente del SUTGDF, ha generado condiciones para que en breve se presente una demanda de reconocimiento de trabajadores que exigirán cerca de 20 mil voluntarios que sin salarios ni prestaciones -sobreviven gracias a las propinas- prestan sus servicios en el área de limpia. La cifra supera ampliamente los casi 14 mil trabajadores de base que se tienen registrados.
La intromisión de los funcionarios del GDF en los asuntos sindicales fue excesiva: no sólo impusieron a Ayala Rivero, sino incluso al secretario de Finanzas, el inexperto secretario general de la sección 4, al priísta César Piña Rodríguez, a los cuales les ataron las manos en materia de dineros, debido a que también les enviaron a un contador, exjefe departamental de relaciones laborales en la Secretaría del medio Ambiente.
El caso es que la intención de López Obrador de acabar con el liderazgo de la profesora Gordillo, debe llamar la atención de la incongruencias de la izquierda. Se puede o no coincidir con la conducción del SNTE, pero corresponde única y exclusivamente a los trabajadores decidir quién encabeza su organización.
PARA LA AGENDA
La incapacidad de Humberto Moreira para escuchar a Joel Ayala Almeida en las alternativas de solución que le hizo para el PRI en el Distrito Federal, parece haber generado condiciones para el conflicto en la elección de la dirigencia partidaria. La preocupación del dirigente de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado iba en el sentido de privilegiar las elecciones del próximo año, en lo que sin duda tendría razón. Prevaleció la cerrazón y seguramente Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre y Juan Carlos Vázquez impugnarán el resultado y crearán un conflicto que puede afectar al priísmo durante la campaña presidencial. Llama la atención que el dirigente de los ferrocarrileros, Víctor Félix Flores Morales, haya enviado a jugar a Manuel Armando Márquez, sin posibilidades de ganar… Ayala Almeida tiene una visión política que debe reconocérsele. A través de su sobrino Marco Antonio García Ayala, dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Secretaría de Salud, y de Alfredo Villegas Arreola, diputados federales, presentaron una iniciativa de reformas a la Ley del ISSSTE con la pretensión de darle autonomía financiera al Fondo de la Vivienda (FOVISSSTE), con la intención de evitar que dependa de ese instituto… Por cierto, Ayala Rivero cuando todavía no cumplía un mes, empezó a dar muestras de locuacidad: al parecer pretende concesionar el hotel que en Acapulco tiene el SUTGDF, lo que sumado a su pretensión de ampliarse un año más, seguramente le empezarán a generar dolores de cabeza… René Fujiwara, ex subdirector de atención al derechohabiente del ISSSTE, impulsó un proyecto de reglamento de las comisiones de quejas médicas y de reembolso -de las cuales era secretario técnico-, en el que primero planteó la disminución de la representación sindical y posteriormente su total marginación, con la intención de evitar que en caso que prosperara la propuesta de director médico del grupo político al que pertenece, no cargara con una piedra en el zapato. La representación de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), logró echar abajo esa absurda pretensión, bajo un argumento esencial: ¿quién le daría seguimiento a las quejas que presentaran trabajadores en contra de excesos de los médicos en el instituto?

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