Al concluir la década de los ochentas, el sindicalismo mexicano
inició una profunda crisis que se agudizó con la muerte de Fidel Velázquez. Si
bien es cierto que no es un fenómeno exclusivo de México, es claro que en el
deterioro de esa imagen los dirigentes en nuestro país han los principales
contribuyentes con sus prácticas.
La mayoría de esos dirigentes siguen sin entender que su forma de
conducirse debe cambiar, debido a que mientras los trabajadores perciben
salarios precarios que medio les permiten sobrevivir con sus familias, sus
representantes en la mayoría de los casos viven lujosamente, alejados de toda
crisis económica.
En mayo de 2009, el odontólogo José Luis Rodríguez Camacho, de
setenta años de edad entonces, fue electo presidente del Sindicato Nacional de
Trabajadores del ISSSTE, en un proceso en el que las autoridades jugaron un
papel decisivo, debido a que el apoyo de la mayoría inicialmente la tenía la
también odontóloga María de la Soledad Iturribarría, quien pese a ello debió
conformarse con ocupar la vicepresidencia.
Sólo un mes más tarde, es decir, el 29 de junio de ese año,
Rodríguez Camacho recibió el visto bueno para formar parte de la Junta
Directiva del ISSSTE a propuesta del presidente de la Federación de Sindicatos
de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), Joel Ayala Almeida.
En esa situación, el dirigente sindical inició una doble
representación: por un lado la de casi 70 mil trabajadores de base del
instituto, y por el otro tomar parte en el establecimiento de las políticas
generales del mismo instituto. Nada nuevo, si se toma en cuenta que existían
antecedentes similares en el pasado.
Sin embargo, lo lógico era que para evitar percibir un doble
ingreso de la misma dependencia, Rodríguez Camacho debió haber solicitado
licencia sin goce de sueldo de la plaza de base que ocupa en el Hospital
General “Dr. Darío Fernández”, donde tiene el número de empleado 011181, con un
salario mensual -hasta febrero pasado- de 15 mil 963 pesos y que ocupa desde el
primero de julio de 1965.
Como integrante de la Junta Directiva del ISSSTE, el dirigente
sindical percibe -por lo menos hasta diciembre de 2009- una remuneración
mensual de 35 mil 77.12 pesos. Es decir, los dos ingresos suman poco más de 50
mil pesos mensuales, cantidad que ni en sueños un trabajador sindicalizado,
común y corriente puede aspirar a ganar.
Sólo en diciembre de 2009, Rodríguez Camacho recibió dos cheques
de la Junta Directiva: uno con el número 1880856 por 24 mil 477.06 pesos, y
otro con el número 1880926 por 35 mil 77.12 pesos.
Dos meses después, esto es el 28 de febrero del año pasado, el
dirigente sindical recibió el cheque 1915100 de una cuenta que el ISSSTE tiene
en Banamex, por la cantidad de 65 mil 727.12 pesos, por su trabajo como
integrante de la Junta Directiva.
Su antecesor en la dirigencia sindical, el doctor Ricardo Pontigo
Márquez fue también integrante de la Junta Directiva, a propuesta, igual que
él, de la FSTSE. Sin embargo, para evitar incurrir en la comisión de delitos o
de irregularidades administrativas por el doble ingreso en una misma
institución, optó por solicitar licencia sin goce de sueldo en su plaza de
base.
Rodríguez Camacho ha gozado de comisión sindical, es decir no
tiene la obligación de presentarse a laborar a su centro de trabajo, debido a
la representación laboral que tiene. Así se lo permite la Ley Federal de los
Trabajadores al Servicio del Estado. Un informe del ISSSTE estableció que hasta
el 31 de diciembre del año pasado gozó de ese privilegio y dio cuenta también
que su salario lo recibe a través de depósito bancario.
El SNTISSSTE se apresta a revisar conjuntamente con las
autoridades del instituto, las condiciones generales de trabajo -el equivalente
al contrato colectivo-. Entre integrantes de la dirigencia y el presidente de
esa organización, han surgido diferencias sobre las peticiones y los montos que
se deben solicitar. Rodríguez Camacho -como acostumbra- ha calificado de
excesivos algunos planteamientos que se han sugerido, porque al parecer busca
evitar causar irritación entre los directivos.
Sin embargo, guardó silencio cuando fue enterado de la pretensión
del presidente de la comisión nacional de auxilios del sindicato, Francisco
García Culebro, de someter a la consideración del 12 consejo nacional -el cual
se realizó los días 12, 13 y 14 de mayo pasados-, un aumento del 100 por ciento
en las aportaciones que los trabajadores hacen por ese concepto.
Actualmente a cada trabajador de base del instituto se le
descuenta el 2.5 por ciento de su salario de aportación a la comisión nacional
de auxilios. García Culebro presentó una propuesta para que fuera aumentada al
cinco por ciento, pero fue rechazada con el voto del secretario general de la
sección V Centro Médico Nacional “20 de noviembre”, Francisco González Esquivel
y de Roberto Rodríguez Maldonado del hospital “Fernando Quiroz”.
Esa propuesta ha arreciado la exigencia para que se practique una
auditoria al manejo de los dineros en la comisión nacional de auxilios, debido
a que existen dudas. A García Culebro se le ha escuchado decir que su único
jefe es Enrique Ampudia, exsecretario general del ISSSTE, por lo que se
sospecha que haya canalizado recursos económicos para campañas que no
benefician a los trabajadores.
García Culebro tiene más de treinta años de ejercer un cacicazgo
en la sección VI estancias de bienestar infantil, donde decidió que su hermano
Carlos Fermín fuese secretario general en el periodo 2002-2005 y en 2009
impulsó a su hermana Rosa Margarita. Según esto prepara a sus hijos Francisco
Enrique y Eric Arturo para que continúen la tradición, a los cuales ya incluyó
en la nómina del ISSSTE con todo y comisión sindical por supuesto.
Para la agenda
Pese a que en el Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, Mario Santos Gómez -muerto
en diciembre de 2008- les heredó una visión de futuro con un patrimonio
envidiable, su actual dirigente, Santiago Nieto, naufraga en la mediocridad… La
elección de Juan Ayala Rivero al frente del Sindicato Único de
Trabajadores del Gobierno del Distrito Federal (SUTGDF), está garantizada
por dos razones: la intromisión de Justo Federico Escobedo Miramontes y de
Flavio Ramírez León frente a la apatía del contralor Ricardo García Sainz pese
a violaciones al artículo 133 fracción V de la Ley Federal del Trabajo, y a la
división que sufrió el equipo de Enrique Hanff, incapaz de consolidar la candidatura
de Aarón Ortega Villa…
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