POR VERÓNICA V. GONZÁLEZ Y ARNOLDO PIÑÓN
En los próximos dos años y medio, nuestro país proyecta lanzar al espacio tres nuevos satélites. Para operarlos, el gobierno federal cuenta con el organismo descentralizado Telecomunicaciones de México que en la década de los noventa y la pasada, dio muestras de capacidad antes de que en 2008 fueran privatizados los que se tenían y cuyo desenlace es del dominio público.
Por la importancia estratégica que ese organismo tiene -en 1989 modificó su nombre, Telégrafos Nacional, por el actual- debiera ser considerado como un organismo de seguridad nacional, ya que tendrá a su cargo un área especialmente delicada y sensible para el país.
Desde esa perspectiva, Telecomm/Telégrafos debiera mantener un clima laboral tranquilo, en el que los acuerdos con los representantes de sus trabajadores debieran ser mediante una escrupulosa negociación y conciliación, con la finalidad de evitar cualquier riesgo de inestabilidad. Sin embargo, para la Secretaría de Comunicaciones y Transportes pareciera que no es esa la finalidad.
Apenas el pasado lunes 30 de abril, la dirigencia del Sindicato Único Nacional de Trabajadores de Telecomunicaciones de México, encabezada por Manuel Ernesto Álvarez Arana, Israel Ruiz García y Eutimio Ramos Álvarez, dirigieron un escrito al titular de la SCT, Dionisio Pérez Jácome Friscione, en el que hacen de su conocimiento diferencias con directivos del organismo y que han deteriorado su relación.
“En la actualidad, Telecomunicaciones de México, transita un camino sinuoso, con pobreza de resultados en un importante número de oficinas telegráficas del país. Las estadísticas indican que los servicios tradicionales que ofrecemos a la población, han perdido competencia en el mercado, sin que se tomen las medidas correctas para revertir las tendencias”, plantean.
Ratifican la petición hecha al director de Telecomm/Telégrafos, Javier Lizárraga Galindo el pasado 14 de febrero en la celebración del Día del Telegrafista, de revisar las condiciones generales de trabajo -equivalentes al contrato colectivo-, y hacen hincapié en su disposición para que “en un clima de entendimiento, negociación y conciliación, busquemos acuerdos que beneficien tanto a nuestro organismo, como a los trabajadores”.
Los dirigentes sindicales manifiestan su preocupación por la toma de decisiones de funcionarios del organismos que, advierten, “no sólo deterioran la relación” entre ambas partes, sino incluso, “ponen en riesgo la consecución de las metas propuestas”.
En ese sentido le piden a Pérez Jácome Friscione su intervención para resolver seis rubros en los que se les niegan derechos adquiridos a los trabajadores. Señalan que para la conmemoración del Día del Trabajo se les negaron gorras y playeras representativas del organismo para participar en la parada, bajo el argumento que debían utilizarlas como uniformes en las oficinas telegráficas; desde hace años no se les otorgan uniformes completos, es decir, camisa, pantalón, zapatos, impermeables y chamarras para los hombres, y blusa y falda para las mujeres.
Para el Día del Niño, hacen del conocimiento del titular de la SCT que desde el 11 de enero, se hizo la petición institucional para que los menores y sus padres que habitan en la Ciudad de México y el área conurbada accedieran a la Feria de Chapultepec como es tradicional, sin que hasta ese día hubiesen tenido una respuesta, pese a que la fecha de celebración sería el sábado antepasado.
El deterioro de las relaciones entre la autoridad y la representación sindical, alcanza tal nivel que a los dirigentes de, desde la primera quincena de enero de este año, dejaron de pagárseles conceptos como puntualidad, y asistencia y productividad, además que a los presidentes de las seccionales los presionan, “incluso mediante intimidación”, a que desalojen los espacios que ocupan en las oficinas telegráficas donde atienden asuntos laborales y sin que afecten la prestación del servicio.
Le ponen de manifiesto que en el pasado Día del Telegrafista -el cual se festeja el 14 de febrero-, de acuerdo a los usos y costumbres, a los trabajadores se les otorgaba el día libre, pero en esta ocasión fueron obligados a laborar, e incluso por instrucciones de la dirección general del organismo a los empleados con código CF -confianza- a participar en los eventos de los de base por haber sido organizados por dirigentes sindicales.
También, le informan que en la segunda quincena de diciembre, varias oficinas telegráficas permanecieron cerradas uno o varios días para no pagar el concepto de recargo de servicio, lo que además de causar molestia e irritación entre los usuarios, afecto a los trabajadores al no recibir el pago en nómina.
Los dirigentes señalan a Pérez Jácome Friscione que en Telecomms/Telégrafos y un sindicato fuerte, le sirven más y mejor a México y a los mexicanos.
PARA LA AGENDA
Manuel Vallejo Hernández y Aurelio Ricardo Rodríguez Ramírez, demandaron ante el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje la cancelación de la toma de nota de la directiva de la sección 10 del SNTE, debido a que, señalan, el congreso de elección de la dirigencia que encabeza Jaime León Navarrete, se realizó durante tres días y no en dos, como lo señalaba la convocatoria respectiva. Vallejo Hernández conforme a un acuerdo que se tenía con Fernando González Sánchez -el famoso yerno de la maestra Elba Esther Gordillo-, era el precandidato que sería postulado a la secretaría general, pero el rompimiento de los acuerdos electorales del Partido Nueva Alianza con el PRI, cambiaron el panorama y se optó porque fuera León Navarrete a propuesta de Alejandro Soto González, representante de la dirigencia nacional ante la sección… En el informe anual que este 15 de mayo rendirá José Luis Rodríguez Camacho, habla de unidad en el sindicato, en lo que evidentemente incurre en una mentira. Le queda sólo un año para reencauzar una gestión que es considerada la más mediocre y corrupta…La Productora Nacional de Biológicos Veterinarios, que encabeza Juan Manuel Cardoso Escobedo, por alguna razón se ha convertido en una maquiladora de empresas transnacionales, en lugar de producir determinado tipo de vacunas, como por ejemplo la influenza aviar, debido a que tiene capacidad como para satisfacer las necesidades del país. Incluso, por razones hasta ahora desconocidas ha dejado de hacer la vacuna antirrábica, debido a algunas trabas burocráticas y a la falta de visión para instalar un biorreactor, lo que le permitiría fabricar entre 5 y 10 millones de dosis anuales. El problema es que Cardoso Escobedo parece estar más preocupado en regatearles prestaciones económicas a los 34 trabajadores de base con que cuenta Pronabive, en lugar de buscar generar condiciones que le permitan detonar la producción de vacunas a nivel nacional. El problema alcanza tal nivel que el Director de esa productora dependiente de Sagarpa niega incluso basificaciones, sin reparar en violaciones a la ley.
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