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martes, 21 de agosto de 2012

ISSSTE: La Terna que Puede ser Cuarteta Para los Próximos Seis Años

Los nombres de Pedro Vázquez Colmenares, Sebastián Lerdo de Tejada y Alfredo del Mazo, forman parte de la terna que es analizada para eventualmente ocupar la dirección general del ISSSTE al arranque el gobierno del virtual presidente electo, Enrique Peña Nieto a partir del 1 de diciembre próximo.
 Vázquez Colmenares es, de los tres, el que mayor conocimiento tiene del Instituto de Seguridad de los Trabajadores del Estado, en el que ha trabajado en los últimos años en la Dirección de Prestaciones Económicas. Oaxaqueño de origen, ha destacado por la capacidad analítica asumida en cuanto a uno de los problemas más importantes no sólo de la institución, sino del país, como son las pensiones.
Apenas el pasado miércoles presentó nuevamente su libro “Pensiones en México. La próxima crisis”, en el que hace una radiografía de un renglón que, de no ser atendido adecuadamente en el corto plazo puede generar retrocesos en el sistema pensionario. En el caso específico del ISSSTE, la expedición de una nueva ley orgánica en 2007 -no reforma como erróneamente se dice- evitó el quiebre económico al que el Instituto se encaminaba como consecuencia del crecimiento exponencial del pago de pensiones a sus jubilados.
La nueva ley fue motivada por factores económicos y demográficos que impactaron negativamente en la salud financiera de la institución, situación que puso en riesgo el pago de las obligaciones pensionarias y presionó negativamente durante los años la operación regular del Instituto. Conforme a sus estados financieros durante el ejercicio 2006 el fondo de pensiones apenas cubrió con ingresos regulares el 27.1 por ciento del total de gastos en materia de pensiones, por lo que el gobierno federal tuvo que solventar el déficit restante de 72.9 por ciento.
Sólo durante el periodo 2002-2007 las obligaciones por concepto de pensiones ya representaban en promedio más de tres veces los recursos propios, de acuerdo con el diagnóstico de Vázquez Colmenares, que se tradujo en un déficit actuarial del entonces fondo de pensiones con estimaciones de Valuación Financiera y Actuarial de ese Instituto para 2006, ascendía a 6.2 billones de pesos que representaba 58.4% del PIB de ese mismo año.
Con las cifras anteriores el ISSSTE sólo podría cumplir con el 10 por ciento de sus obligaciones por concepto de pensiones ajenas a riesgos de trabajo; el restante 90 por ciento tendría que haber sido cubierto con transferencias por parte del gobierno federal.
De no haber aprobado la nueva ley, el panorama del instituto hubiese sido desastroso: para lograr un equilibrio financiero temporal, el importe de las contribuciones del 7 por ciento que establecía el régimen financiero vigente en ese entonces, debía ser equivalente a por lo menos el 47.9% de los salarios, es decir, 6.9 veces el monto de cuotas y aportaciones previstas, siendo este incremento apenas suficiente para financiar el pago de pensiones durante el periodo 2007 2016. A partir del 2017 se hubiera requerido de al menos el 65.2 por ciento del salarios, es decir 9.3 veces, para contar con una suficiencia financiera que permitiera solventar el periodo 2017-2026.
El déficit actuarial del ISSSTE antes de abrogar la vieja ley era de 58 por ciento del PIB, lo que representaba ya una presión grave para las finanzas públicas. La nueva ley generó, en lo inmediato, un saneamiento de las mismas y dio viabilidad operativa al Instituto y del propio gobierno federal, ya que de haberse conservado el régimen anterior, el sistema de pensiones habría representado para el gasto público una fuente descontrolada de gastos adicionales.
La radiografía que el director de prestaciones económicas hace de uno de los renglones más sensibles no sólo del ISSSTE -como de muchas de las instituciones públicas del país-, muestra la necesidad de seguir profundizando en la toma de medidas preventivas, ya como que como él mismo lo plantea, la ley de 2007 se ha traducido en una contención del gasto corriente de las pensiones del instituto en el largo plazo, sobre todo para el gobierno federal, cuyos beneficios se verán reflejados una vez que generaciones completas de asegurados cumplan el ciclo de trabajadores retirados hasta su deceso o el último beneficiario.
Y lanza un pronóstico que será necesario analizar con detenimiento: si bien a largo plazo se vislumbran ahorros significativos para las finanzas públicas, a corto plazo es necesario diseñar y aplicar medidas para evitar que el impacto del crecimiento de las pensiones distraigan recursos del instituto que pudieran fortalecer otras áreas también importantes.
La nueva ley del ISSSTE, y hay que reconocerlo, se debe en gran medida a la visión de Joel Ayala Almeida, presidente de la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), que fue el primero en presentarla como iniciativa en el Senado de la República y que posteriormente fue retomada por el PRI y diputados de otros partidos. Sin la conciencia de ir al rescate del ISSSTE, difícilmente se hubiesen tomado medidas correctivas para evitar que el fondo de pensiones se convirtiera en un problema de muy difícil solución.
Ayala Almeida es en la actualidad impulsor de la autonomía de FOVISSSTE para darle viabilidad financiera y que tenga condiciones óptimas para resolver otro problema muy sensible entre los trabajadores del Estado, como es la vivienda. La iniciativa de ley presentada hace algunos meses por Marco Antonio García Ayala y Alfredo Villegas Arreola, se encuentra en la actualidad en comisiones y no será extraordinario que en el siguiente periodo ordinario de sesiones pudiera ser sometido a discusión en el pleno.
Ahora bien, hemos citado partes que consideramos esenciales de la obra de Vázquez Colmenares porque las consideramos fundamentales. Sin embargo, ¿es suficiente que el nuevo director general del ISSSTE sea especialista en pensiones para resolver la problemática integral del instituto? Es claro que no. Sin embargo, es preferible que conozca a fondo uno de los renglones más sensibles a que, como ha ocurrido con la mayoría de quienes al pasado por ese cargo, lleguen a aprender.
De ninguna manera tampoco tenemos por qué pronunciarnos por uno u otro de los mencionados para hacerse cargo del Instituto. Pretendemos dejar claro que la intención de Vázquez Colmenares de publicitar su libro en estos meses, tienen una clara intención política.
Como clara es la intención del actual director general, Sergio Hidalgo Monroy de publicitar los recorridos de inspección que realiza en varios lugares del país
Los únicos que hasta ahora no han hecho públicamente acciones para mostrarse como pretensos a la dirección general del ISSSTE, son Lerdo de Tejada y Del Mazo Maza, quizá porque tienen la certeza que sus acciones y relaciones políticas son sus mejores cartas de presentación.
En ese sentido, el presidente municipal de Huixquilucan llevaría mano sobre los demás. En el caso de Vázquez Colmenares, sus apoyos políticos pudieran, contradictoriamente, ser su principal fortaleza pero también su debilidad por el altísimo deterioro que en la opinión pública y en los partidos de oposición tienen. Al tiempo.
PARA LA AGENDA
José Luis Saucedo Monzón olvida que en su carácter de presidente del consejo nacional de vigilancia del SNTISSSTE, su obligación es la aplicación irrestricta del estatuto, es decir, debiera ser el vigilante de la legalidad en la organización. Pero confunde su obligación con amenazar, intimidar y dividir con la intención de seguir manteniendo sus canonjías, como la aviaduría de la que desde hace más de 16 años goza su esposa María Norma Vargas. No en balde en alguna ocasión Luis Miguel Victoria lo llamó “garrapata”, porque pese a nunca haber sido secretario general seccional, ha ocupado posiciones en las que ha manejado cuantiosos recursos económicos, como lo fue en la Secretaría de Finanzas donde presionó a los secretarios generales seccionales a que le firmaran documentos en blanco para avalar su gestión. El caso es que al igual que en 2009, trabaja en la construcción de su candidatura a la presidencia, seguro que no va a ganar, pero sí le permitiría negociar una posición de poder sindical, para lo cual descalifica la eventual candidatura de Victoria Ranfla, con la que se supone está alineado… Por cierto, también José Luis Rodríguez Camacho aparenta que no apoya la candidatura de Victoria Ranfla, en lo que parece una jugada de distracción -¿impulsará acaso la candidatura de corazoncito para que todo quede en familia?-. Rodríguez Camacho viola el estatuto al hacer labor de división al hablar mal de algunos integrantes de la dirigencia, ante la complicidad de Saucedo Monzón… El presidente del SNTISSSTE tuvo la ocurrencia de acusar a la doctora Marisol Galindo de haber organizado una conferencia de cultura sustentada por el presidente de la fundación “Isidro Fabela”, Arturo Peña del Mazo -tío del virtual presidente Enrique Peña Nieto-, cuando en realidad el evento fue convocado por la sección III “Clínicas” que encabeza la química Graciela Pérez, olvidándose que lo hizo en uso de sus autonomía…

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